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Los beneficios del yoga se multiplican cuando decidimos practicarlo en la playa. Aprende de qué forma.
En Aruba muchas personas han encontrado el equilibrio perfecto entre la diversión y el bienestar. Comienzan el día con un desayuno ligero en el hotel, hacen una caminata por la arena o una sesión de yoga en la playa y, luego del almuerzo, se disponen a realizar todas las actividades divertidas que ofrece la isla.
La clave de este balance está en cargarnos de energía positiva, relajar mente y cuerpo, y dedicar unos minutos del día a ser más conscientes del presente ¿cómo se logra esto? Con una maravillosa sesión de yoga en la playa que, además de ayudarte a disfrutar mucho más de Aruba, te brindará otros múltiples beneficios.
Esta puede resultar una promesa un poco difícil de creer para aquellos que han hecho yoga y no logran concentrarse, pero la verdad es que el sonido de las olas y de las aves tropicales te proporcionará una enorme sensación de relajación, lo que incentiva la desconexión del agobio de la rutina y evita las distracciones.
Sentir la arena con tus manos y pies, escuchar el sonido de las olas, olfatear ese aroma tan característico de la playa y saborear el agua fría que te refresca bajo el sol son estímulos que, definitivamente, llevarán tu experiencia de yoga al siguiente nivel.
Y no solo en el sentido metafórico de la frase.
Si eres creyente de las energías del entorno, sabrás que no hay fuerza más pura que la de la naturaleza. Los estímulos que mencionamos en el punto anterior te devuelven a las raíces y te ayudan a dejar todo lo malo en la orilla del mar. El yoga en la playa es el canal que potencia ese intercambio de energía.
Este puede que sea el beneficio más conocido del yoga en la playa. Ya sea si vas practicar yoga para principiantes, yoga en pareja, acroyoga o cualquier variación de esta disciplina, llevarlas a cabo en la playa beneficiará tu respiración, fortalecerá tu estabilidad, fuerza y equilibrio, mejorará tu postura, activará otros músculos de tu cuerpo y, por supuesto, el sol le dará un shot de vitamina D a tu piel.
Parte del objetivo de ir de vacaciones es pasar con tus seres queridos el tiempo que, normalmente, no puedes dedicarles. Hacer yoga en pareja o en familia, con la guía adecuada, es una excelente forma de reconectar y disminuir los niveles de tensión en nuestras relaciones, además de ser una alternativa para pasar tiempo juntos.
Hacer yoga en un ambiente natural, particularmente cerca del agua, produce reacciones emocionales favorables. Contribuye a reducir el estrés, la tensión, la ira y la depresión, al tiempo que potencia la sensación de disfrute, satisfacción y vitalidad. La naturaleza tiene la capacidad de influir en el estado de ánimo; solo contemplar paisajes naturales puede generar una actitud más optimista. La cercanía del agua fomenta un estado de calma y meditación, promoviendo la paz interior y la felicidad.
Haz ese viaje reparador que tanto quieres, enfócate en tu bienestar, dedícate tiempo, a ti y a tus seres queridos con sesiones de yoga en la playa y verás cómo regresas más repotenciado que nunca.